Dentro de los usos pedagógicos posibles de los medios audiovisuales, las propuestas de trabajo en producción han sido algunas de las más exploradas en los distintos niveles del sistema educativo. Los periódicos murales, los sketch televisivos y, en algunos casos, producciones documentales o de ficción han formado parte de distintas experiencias áulicas.
En este taller, pretendimos problematizar estas experiencias que tienen antecedentes en la escuela, estimulando la promoción de procesos creativos que, más allá de la producción de piezas comunicacionales, permitiera reconocer el potencial expresivo de cada uno de los elementos que componen el lenguaje audiovisual, así como la variedad y complejidad de decisiones que hay en juego al habilitar cada uno de ellos.
Resulta esencial comprender que la formación de sujetos críticos no pasa solamente por la capacidad de análisis, reflexión y posicionamiento frente a los discursos audiovisuales que proponen las grandes agencias dedicadas a la industria. La capacidad de empoderamiento y participación, la posibilidad de tomar la palabra cuando se desea hacerlo, requiere de habilidades, de saberes que hacen al ejercicio autónomo de la ciudadanía. Pensar al lenguaje audiovisual como un medio de expresión y comunicación implica reconocer un escenario potente a disposición de los docentes para promover prácticas en esta dirección.
Concretamente, el taller propuso la producción de una pieza audiovisual bajo la técnica Stop Motion (animación de imágenes fijas). Esta técnica, reproduce lógicas propias del momento de emergencia del lenguaje cinematográfico al tratarse de una sucesión de imágenes fijas (fotografías -fotogramas-) generando sensación de movimiento donde no lo hay.
La temática transversal abordada fueron los derechos del niño/a y cada pieza audiovisual representó El derecho a la igualdad, sin distinción de raza, religión, idioma, nacionalidad, sexo, opinión política; El derecho a tener una protección especial para el desarrollo físico, mental y social; El derecho a un nombre y a una nacionalidad desde su nacimiento; El derecho a una alimentación, vivienda y atención médica adecuada; El derecho a una educación y a un tratamiento especial para aquellos niños que sufren alguna discapacidad mental o física; El derecho a la comprensión y al amor de los padres y de la sociedad;
El derecho a actividades recreativas y a una educación gratuita; El derecho a estar entre los primeros en recibir ayuda en cualquier circunstancia; El derecho a la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación;
El derecho a ser criado con un espíritu de comprensión sexual, tolerancia, amistad entre los pueblos y hermandad universal.