En 2017 el proyecto presentado en Jóvenes y Memoria fue “El Batancito: Jóvenes y encierro. La vida entre carencias y derechos vulnerados”. Allí se analizó y se buscó visibilizar la situación de los jóvenes institucionalizados en el Centro Cerrado Batán-Mar del Plata. Se problematizaron los discursos que apelan al encierro como una política de castigo para los adolescentes que han cometido hechos que están en conflicto con la ley penal.
A pesar de lo establecido por las leyes de nuestro país, el “Batancito” es percibido como una cárcel de menores. Con la investigación comprendimos que esto está relacionado con la legitimación que han alcanzado ciertos discursos de mano dura y su relación con la construcción de ciertas representaciones sociales sobre la juventud de los sectores populares y su relación con el delito. Por esto, el proyecto se enfocó en conocer qué sentidos adopta el Centro Cerrado de Batán-Mar del Plata en nuestra ciudad. ¿Es percibido cómo una cárcel o como una herramienta de reinserción social? A su vez también se indagó en los sentidos que se construyen en torno a la escuela primaria y secundaria allí dentro, y qué lugar ocupa la educación en la vida de los jóvenes y en el proceso de construcción de nuevos proyectos de vida. Durante la investigación se trabajó con los informes anuales de la CPM, noticias periodísticas de diarios locales, y con la legislación histórica y vigente en relación a les menores y el contexto de encierro. A su vez se entrevistó a diferentes personas que trabajan en el Centro Cerrado de Batán, entre ellas talleristas, maestras, asistentes de minoridad, una trabajadora social parte del programa de reinserción y acompañamiento, y la coordinadora general de talleres. También se entrevistó a Juan Tapia (juez de garantías de la ciudad), a Nicolás Wlasic (integrante de la Comisión Provincial por la Memoria) y a Ana Caro (fiscal de flagrancia). Las estudiantes tuvieron la posibilidad de visitar el Centro Cerrado y de compartir un tiempo junto a los jóvenes privados de su libertad en un taller de cerámica. El producto final fue un video que puso en tensión el discurso del sistema penal de menores, las leyes vigentes, los programas socioeducativos y la realidad que viven les jóvenes allí.